miércoles, 25 de mayo de 2016

Conchi González en Islandia. EL TRABAJO

Desde el primer día mis compañeros de trabajo me trataron de una manera espectacular, podía preguntar dudas, me podía negar a hacer algunas de las tareas si no estaba preparada para hacerla.
A parte de esto que es lo que se supone que deben de hacer todos los centros me sentí muy integrada en el trabajo porque cada mañana al llegar nos reuníamos todas las trabajadoras del área a la que yo estaba asignada y me preguntaban que quería hacer yo ese día y si me venía bien hacer algunas cosas que ellas me pedían.
Al cabo del día nos reuníamos unas 2 veces más para hablar de cómo estaba yendo el día y de que problemas habíamos tenido.
Entre todas nos ayudábamos con las cosas que nos costaban más y la verdad fue un trabajo en grupo total durante toda mi estancia.

Mi trabajo en si no era muy pesado porque teníamos 2 usuarios para cada persona y eramos 4 chicas por lo tanto el trabajo se hacía bien, sin prisas y descansando cuando era necesario.
A la hora de comer las trabajadoras nos sentábamos con los usuarios a comer como si fueramos todos una gran familia.
La residencia tenía como lema que aquello tenía que ser una gran casa por lo tanto tenía que parecerse lo máximo a un hogar. Por lo cual las trabajadoras no llevábamos uniformes, podíamos comer con ellos en la misma mesa y hacerles compañía mientras estaban en su tiempo de ocio.




No hay comentarios:

Publicar un comentario